sábado, 17 de diciembre de 2011

Para lo que mas nos significa, el lenguaje de la palabra nos resulta insuficiente. Heidegger.

Este post lo presumo corto porque su naturaleza así lo pide. El lenguaje de lo inefable le llama Heidegger a todo aquello que para su descripción o explicación el uso de la palabra siempre queda corto. El concepto es tan complejo de describir por este medio que su mera dificultad para explicarlo aquí, lo clarifica. El amor por ejemplo, puede tener diferente significado de acuerdo a la circunstancia que se viva y a la intención de la conciencia que lo reclama, siendo este al igual belleza, que ética, que celos, que alma, que ambición, que espiritualidad, que erotismo. En diseño pasa lo mismo aunque éste no se queda en lo abstracto como el amor. El diseño es un proceso que va moviendo a su misma definición de lo abstracto a lo concreto y de esto he hablado mucho en este blog. Pero de lo que no he hablado es precisamente de eso que hace al diseño tan peculiar con respecto a las otras disciplinas y eso es, la aportación de la persona que lo diseña y con esto quiero decir que no hay una sola solución para un problema sino el número de soluciones como de diseñadores haya. Y esta parte que lo hace tan peculiar, es inefable, porque está en cada quien. Con esto digo que, si bien he puesto aquí cosas para mí de mucha importancia, lo que en el diseño verdaderamente importa, es todo aquello que quedo fuera de este blog precisamente por que no lo puedo definir.