jueves, 27 de diciembre de 2012

“Estamos destinados a ser libres” Sartre


En estos últimos meses del 2012 tuve la fortuna de presentarme en varios foros hablando sobre innovación en representación de la empresa donde trabajo. Lo rico de esta experiencia es que las audiencias no eran, como de costumbre, diseñadores, lo que lo volvía un reto interesante, pues gran parte del contenido que presento, como en mi blog, esta enfocado en temas mas de diseño y de arte que del ámbito empresarial, o sea cosas como emociones, sentimientos, pasión, creencia, amor y fe y todo eso que, como lo he mencionado en otros textos, son muy importantes para el ejercicio actual de cualquier profesión que pretenda innovar, pero inciertos y difícilmente medibles. En una de estas pláticas en una universidad en la Ciudad de México hubo un estudiante que me preguntaba si realmente hubiera sido necesario obtener mi título profesional para ejercer y si consideraba yo que la escuela donde él estudiaba era una buena escuela. Por supuesto que la intención de sus preguntas era buscar una justificación para atender sus inquietudes personales y de cuya decisión el no quería ser responsable y a lo que yo respondí “si no crees que te sirva tu título, no te gradúes y si no crees que la escuela es buena, cámbiate de escuela, pero no seré yo quien asuma la responsabilidad de tus decisiones”. Por otro lado, hace un par de semanas tuve una clase especial de yoga en el campo y me encontraba en mi práctica cuando la instructora lanzo una frase en medio de aquellas que van dictando la pauta para el movimiento. La frase me llego como cañonazo porque no la esperaba y por el impacto de la misma. Ella dijo; “si hoy tu tuvieras el valor ¿que harías?”.
En esta época de deseos, promesas, sueños y propósitos, no voy a hablar de diseño, ni llegaré a conclusión alguna. Hoy solo quiero dejar el post así, como una reflexión a la vida y  a la felicidad y, como regalo, transcribiré este pequeño texto de Sartre que está en un libro de Fernando Savater, “La aventura de pensar”. Este pequeño texto lo considero prudente para la época y dice así;

 “El ser humano está inventándose permanentemente, está creándose determinado por sus sucesivas elecciones. Hay algo sin embrago que Sartre llama La mala conciencia, y que es esa situación en que la conciencia se presenta como un objeto más ante el mundo y trata de evadirse de la responsabilidad de elegirse en cada momento. Hay mala conciencia cuando yo analizo mis elecciones como si no fuesen decididas por mí, como si fuesen consecuencias necesarias de una serie de circunstancias, como si yo no fuese libre, como si fuese gobernado (como un objeto) por la necesidad. El agua de una olla no es libre de hervir o no cuando esta sobre el fuego, pero un hombre puede actuar libremente, no importa en que situación se encuentre. El esclavo puede elegir no obedecer, aunque eso signifique ser ejecutado y si obedece es porque prefiere vivir, aunque sea como esclavo, antes de morir. Y ahí hay una elección. La mala conciencia consiste, pues, en no hacerse cargo de las propias elecciones y actuar como si uno estuviese eligiendo nada. Digo que no puedo hacer esto o aquello cuando en verdad debería decir no elijo hacerlo.”

Ser feliz es algo tan simple como complejo de lograr y es algo que todos deseamos. Tú, si tuvieras el valor en 2013,  ¿qué harías?